Por Paola Ortiz Fernández (1º Bach.)
El pasado 7 de abril, Lucía Lantero, una joven de Santander que está desde hace seis años en Haití cooperando por un mundo mejor, nos visitó para contarnos su historia y tratar así de concienciarnos de que algo mejor es siempre posible. No sólo visitó nuestro instituto, el IES José del Campo, en Ampuero, sino que también acudió al Colegio de Educación Obligatoria (CEO) Principe de Asturias, en Ramales de la Victoria, y al Centro Penitenciario de El Dueso, en Santoña.
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Lucía nos contó a casi cien alumnos del instituto cómo fue el momento en que hace seis años decidió irse por un período inicial de tres meses a Haití, justo después de ese gran terremoto que dejó devastado al país, casi más si cabe tras la pobreza en la que viven sus habitantes. Ella fue allí con un amigo de París, Alexis, para participar en un proyecto de permacultura, y lo cierto es que al llegar a la frontera más pobre que hay entre la República Dominicana y Haití algo arañó el corazón de Lucía que hizo que se quedara allí, para quién sabe cuánto tiempo.
Después de mucho trabajar, demasiado largo de contar, y de muchas dificultades, Lucía y Alexis consiguieron crear una ONG, cosa que ni ella misma creía, llamada Ayitimoun Yo (Los niños de Haití), más conocida con la abreviatura AYMY. Lo consiguió gracias al apoyo de su familia y de personas de todas las partes del mundo.
Según lo que nos contó Lucía, al principio ella y sus compañeros se hicieron cargo de los niños en una casa que alquilaron y reformaron totalmente. Tras la reforma en la que inviertieron todos sus ahorros, la propietaria de la casa les pidió una subida de alquiler, algo que no pudieron asumir, de modo que abandonaron esa casa. Los Cascos Azules les proporcionaron unas tiendas de campaña provisionales hasta que pudieron comprar un terrenito en el que, con la colaboración de unos amigos arquitectos, pudieron finalmente construir otra casa equipada con escuela. Ahora residen allí unos 50 niños, pero la ONG costea la escuela a otros 160 niños y niñas que van a la casa a comer una vez al día para que sus padres no les abandonen por las calles a su buena ventura. Además, desarrollan programas formativos para que esos niños puedan tener en el futuro una vida digna y con sus derechos y deberes, sin necesidad de la presencia física de Lucía o de los miembros de la ONG.
Lucía nos informó también de que entidades como el Real Madrid colaboran ya con ellos. En concreto, el Real Madrid ha enviado a un entrenador que enseña a los chavales a jugar al fútbol, de donde podría sacar cantera, ya que son muy diestros con el balón. También la Consejería de Sanidad del Gobierno de Cantabria envía a dos enfermeras para colaborar con AYMY en la atención a los niños del albergue y sus familias.
Tras visitar nuestro instituto, Lucía fue a Ramales a dar una charla similar allí, y por la tarde hizo lo mismo con un grupo de internos del Penal de El Dueso. También la entrevistaron en el penal de Santoña en la radio de El Dueso, EN.CADENA 2, que producen y realizan los presos para tener informados a sus compañeros del centro.
AYMY es un proyecto limpio y transparente, donde ninguno de los cooperantes o voluntarios cobra un sólo céntimo. Por eso, hoy necesitan de nuestra ayuda, no los miembros de la ONG, sino todas las personas cuyo plato de comida, educación, sanidad o seguridad dependen de AYMY. Porque, como decía Lucía Lantero, “el mundo está muy mal, pero juntos sí se puede conseguir algo mejor. Por más Lucías Lantero. Por más humanidad.
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